La Consejería de Educación acaba de publicar (BOCYL de 18-mayo-2022) la Orden por la que se regulan los llamados “Centros BITS” (Centros bilingües, inclusivos, tecnológicamente seguros y sostenibles), que dejan de constituir un programa experimental para establecerse de forma ya normalizada. A partir de ahora, cada año habrá una convocatoria para que puedan solicitar incorporarse al programa los Centros docentes (de momento públicos) que lo deseen. Habrá un número límite de Centros en cada convocatoria y la Consejería seleccionará los participantes en función de un baremo de puntuación que establece la propia norma para valorar el proyecto que se presente y la trayectoria anterior. Parece que va dirigido principalmente a los cursos 5º y 6º de Primaria y toda la Secundaria. Dura inicialmente tres cursos escolares y puede renovarse por otros tres.
La finalidad del programa es, según el artículo 3, “la transformación de los centros participantes en organizaciones educativas bilingües y abiertas a la internacionalización, inclusivas y participativas, digitalmente competentes y seguras, sostenibles y saludables, a través de la implementación de procesos de innovación educativa y de la incorporación de nuevos paradigmas educativos, como los contenidos digitales curriculares.”
Parece evidente que se trata de objetivos totalmente deseables para cualquier Centro escolar público. El punto dudoso es el bilingüismo, que en su configuración actual en nuestra Comunidad está siendo muy discutido (hay Centros que lo están abandonando) y que nuestra Federación no valora positivamente; pero lo cierto es que la Orden no parece requerir que sea necesario ajustarse al actual programa de bilingüismo, y simplemente pide que se presente un “proyecto lingüístico” que podría, al menos en teoría, adoptar una forma diferente.
Siendo esto así, la pregunta es ¿por qué se estructura este objetivo como un programa sólo para determinados Centros, en un número limitado a decidir cada año, cuando es el camino que deberían seguir todas las escuelas públicas? ¿Qué familia o docente no quiere que su Colegio o Instituto no quiera ser inclusivo, sostenible y tecnológicamente seguro? Esto no debería ser “un” programa, sino “EL” programa de la Consejería para todos sus Centros públicos. ¿Por qué limitarlo, dando más recursos y apoyo económico –en eso consiste el programa- a unos Centros sobre otros? Parece que la Consejería quiera crear con este método unos Colegios e Institutos de primer orden, los “mejores”, dejando a otros en una especie de segunda división, y utilizando para ello el famoso sistema del baremo de puntuación, ya criticado muchas veces en este blog, por el que obliga a los Centros públicos a competir unos contra otros por los recursos, precisamente, públicos, lo cual es totalmente absurdo.
Desde FAMPA Burgos no podemos compartir esta filosofía, que parece buscar una clasificación de los Centros escolares en el peor estilo de la extinta LOMCE. La educación pública debe perseguir que TODOS sus Centros alcancen la mejor calidad posible, poniéndoles los medios y recursos suficientes y adecuados para ello.
De la participación de las familias ya ni hablamos. Fiel a su estilo, la Consejería prevé, para la coordinación y seguimiento del programa, la creación de Comisiones a todos los niveles (autonómico, provincial y de Centro), en ninguna de las cuales se incluye un solo representante de las familias ni del alumnado. Una muestra más de lo que importamos a la Consejería las AMPAS, sus Federaciones y las madres y padres en general.
La finalidad del programa es, según el artículo 3, “la transformación de los centros participantes en organizaciones educativas bilingües y abiertas a la internacionalización, inclusivas y participativas, digitalmente competentes y seguras, sostenibles y saludables, a través de la implementación de procesos de innovación educativa y de la incorporación de nuevos paradigmas educativos, como los contenidos digitales curriculares.”
Parece evidente que se trata de objetivos totalmente deseables para cualquier Centro escolar público. El punto dudoso es el bilingüismo, que en su configuración actual en nuestra Comunidad está siendo muy discutido (hay Centros que lo están abandonando) y que nuestra Federación no valora positivamente; pero lo cierto es que la Orden no parece requerir que sea necesario ajustarse al actual programa de bilingüismo, y simplemente pide que se presente un “proyecto lingüístico” que podría, al menos en teoría, adoptar una forma diferente.
Siendo esto así, la pregunta es ¿por qué se estructura este objetivo como un programa sólo para determinados Centros, en un número limitado a decidir cada año, cuando es el camino que deberían seguir todas las escuelas públicas? ¿Qué familia o docente no quiere que su Colegio o Instituto no quiera ser inclusivo, sostenible y tecnológicamente seguro? Esto no debería ser “un” programa, sino “EL” programa de la Consejería para todos sus Centros públicos. ¿Por qué limitarlo, dando más recursos y apoyo económico –en eso consiste el programa- a unos Centros sobre otros? Parece que la Consejería quiera crear con este método unos Colegios e Institutos de primer orden, los “mejores”, dejando a otros en una especie de segunda división, y utilizando para ello el famoso sistema del baremo de puntuación, ya criticado muchas veces en este blog, por el que obliga a los Centros públicos a competir unos contra otros por los recursos, precisamente, públicos, lo cual es totalmente absurdo.
Desde FAMPA Burgos no podemos compartir esta filosofía, que parece buscar una clasificación de los Centros escolares en el peor estilo de la extinta LOMCE. La educación pública debe perseguir que TODOS sus Centros alcancen la mejor calidad posible, poniéndoles los medios y recursos suficientes y adecuados para ello.
De la participación de las familias ya ni hablamos. Fiel a su estilo, la Consejería prevé, para la coordinación y seguimiento del programa, la creación de Comisiones a todos los niveles (autonómico, provincial y de Centro), en ninguna de las cuales se incluye un solo representante de las familias ni del alumnado. Una muestra más de lo que importamos a la Consejería las AMPAS, sus Federaciones y las madres y padres en general.
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