El pasado mes de junio, la Junta de Castilla y León ha aprobado y publicado el II Plan de Atención a la Diversidad en Educación de Castilla y León. En este enlace puedes leer la información que la Consejería facilita en su página web, y aquí el texto del Plan y de la norma que lo aprueba.
El Plan viene a sustituir al anterior, ya caducado desde 2015, y tendrá vigencia desde el presente año 2017 hasta el año 2022.
El Plan, como todos estos documentos, es una declaración de buenas intenciones que, en principio, es positiva por establecer unas líneas de actuación favorables a prestar la mejor atención posible al
alumnado con distintas necesidades educativas, y desde ese punto de vista debemos felicitarnos por su aprobación. Evidentemente, lo importante es comprobar si se lleva a la práctica y en qué proporción. Cabe recordar que gran parte de la atención a la diversidad depende de los recursos que se inviertan en el personal especializado en dicha atención (orientadores, profesorado de Audición y Lenguaje o Pedagogía Terapéutica, etc.), cuyas plantillas son muy escasas desde hace años, sin que el Plan mencione por ninguna parte su incremento.
Desde un punto de vista crítico, el Plan adolece de algunos defectos e incongruencias que ya se señalaron desde nuestra Federación y desde Confapacal en el período de sugerencias, sin que hayan sido atendidas. Están muy bien los principios (págs. 20 a 22) y la enumeración de Metodologías que favorecen la educación inclusiva, como el aprendizaje cooperativo, grupos interactivos, metodologías basadas en la creación, etc. (págs. 22 a 25); pero después el recurso a esas metodologías no se traslada a las Líneas de Actuación, donde no se las menciona (ver págs. 44 a 46) y donde apenas hay una tímida apelación a la formación del profesorado en metodologías inclusivas (pág. 47). Otra clara debilidad del Plan es el escaso papel que se atribuye a las Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos, a sus Federaciones, y en general a la representación de las familias, sin que se confiera ni una sola competencia a los Consejos Escolares; situación ésta a la que lamentablemente nos tiene acostumbrados la Consejería de Educación, que de boquilla habla siempre de la importancia de la participación de padres y madres, pero en la realidad niega la atribución de competencias a los órganos donde tienen representación.
Esperamos asistir a una efectiva aplicación y desarrollo de este Plan, que mejore de verdad la inclusión y la atención a la diversidad de nuestros Centros.
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